sábado, 23 de febrero de 2008

Muerte...

Va un texto que escribí anoche, después de recibir una noticia que me lastimó bastante... 

Escribiré, porque a falta de música, a falta de un abrazo, a falta en fin de ánimo, sólo queda llenar una hoja en blanco con ideas de color.

Amo la vida con cada partícula de mi ser... pero quizá por eso me duela más saber que alguien se ha arriesgado a perderla por completo y la ha perdido.

Pamela Rubirosa fue mi compañera, estuvo en la misma escuela que yo por no sé cuántos años, su mamá nos visitaba seguido, y aún está en mi mente la imagen de una chava de tercero de secundaria con la piel blanquísima, el cabello corto y negro enmarcándola, una sonrisa rebelde y un celular en la mano... Pero quizá lo que más me haya llegado fue la edad... Tenía 16 años, sólo 1 más que yo, sólo 1 más que mi mejor amiga, sólo 1 más...

Quizá nunca se dio cuenta de lo mucho que valía la vida, quizá el que no lo pensó fue el chavo que iba conduciendo, pero por eso ella y otros 5 chavos murieron hoy en un choque.

¿Es que no se dieron cuenta de que cada vez que alguno de ellos estuvo enfermo alguien cuidó de ellos? ¿Es que no les importaron los 16 años de alegrías, tristezas y emociones que pasaron al lado de tantos que los querían? Yo, no los conocí, al menos nunca le hablé a Pamela, pero aún así su muerte me ha dejado una huella muy honda...

Gracias Dios porque para pasar por todo esto me has dado a mucha gente que me apoya: A mi madre que en seguida quiso consolarme, a mi padre que vino a darme ánimos en silencio, a mi hermano que no se cansó de intentar hacerme reír, a mi novio que me ha mostrado cómo puede ser serio cuando se necesita, que me ha hecho sentir segura y querida, y que ha leído todo lo que mis dedos frenéticos han escrito para él. Gracias por mis amigas, que a pesar de su propio dolor han intentado aliviar el mío, gracias en fin Dios por enseñarme tantas cosas. Sólo puedo pedirte por todos aquellos que sé que lo están sintiendo mucho más que yo... Dales todo el apoyo que me has dado a mi.

Y ahora, dejaré de escribir, pues he escrito para no olvidar y para superar... Las lágrimas se secaron hace tiempo, y el papel ya ha registrado bastante. Ahora sólo me queda recordarle a mi corazón que yo estoy aquí para ser feliz... recordarle que ahora voy a dormir y mañana sonreiré de nuevo, porque quizá sea ese el mejor apoyo que pueda dar a mis amigos...

martes, 19 de febrero de 2008

Pasan de las 12:00 de la madrugada y por fin me he decidido a escribir =D

Estos días han sido una verdadera locura, un torrente de sentimientos y reflexiones...
De mis reflexiones, quizá hable más tarde, porque en realidad no son muy alegres, y chocarían con la mayor emoción que haya experimentado en mucho tiempo: Chuch =D

Después de decir que no tantas veces, de desperdiciar tanto tiempo, me he arriesgado a dar un sí, y me he encontrado con algo tan increíble, tan hermoso, que no puedo describirlo. ¿Cómo describir lo que es sentirse querida por alguien?¿Cómo explicar lo que es sentirse protegida con un simple abrazo?¿Cómo poner en palabras lo que siento cuando me mira, toma mi mano o me dice que me quiere y me extraña?¿Cómo transmitir el alivio que causa el simple hecho de contar lo que pasa por mi mente a alguien que sé que me escucha con el corazón?

No puedo escribir más, me declaro completamente incompetente para hablar de algo como esto, pero lo dejo aquí escrito para ti Chuch, y para mi por siempre =D

sábado, 9 de febrero de 2008

La vida es bella... La Película

Mientras las lágrimas en mi cara se secan, intentaré dejar en este post un poquito de lo que siento ahora.

Hoy he vuelto a ver qué tan cruel puede ser el ser humano, he vuelto a ver como podemos causar tanto daño a nuestros hermanos, he vuelto a ver cómo se puede acabar con tantas vidas en tan poco tiempo. Hoy he llorado de rabia, de dolor, de lástima, de vergüenza y de dolor...

Pero hoy, también he visto como la fuerza de voluntad arrasa con todo, como el amor salva vidas, como la alegría y el deseo de vivir mantienen con vida, como la esperanza y la fe pueden dar una lección enorme. Hoy he llorado también de amor, de alegría, de ternura, de alivio y de gratitud...

Y una vez más, ante todo esto, descubro que la filosofía que he mantenido durante tanto tiempo es cierta, veo como aún a la mitad de una Guerra Mundial, el amor a la vida y su familia mantiene a Guido feliz hasta la muerte. Veo como su optimismo salva y cambia la vida de su hijo, como alguien puede encontrar felicidad y belleza en donde sólo hay miseria, caos y tristeza, como un simple cuento para niños y un enorme sacrificio le dan felicidad a un niño pequeño.

La vida es bella y lo digo convencida, lo digo con lágrimas en los ojos, pero con resolución en el corazón. Jamás olvidaré esta lección que he tenido que aprender lentamente. Jamás olvidaré esta teoría que ha resistido ya tantas pruebas y me ha mostrado tantos ejemplos.

Una vez más, escribo este post especialmente para mi... pero le agradezco infinitamente a cualquiera que lo lea, gracias por entrar aquí de vez en cuando =D

domingo, 3 de febrero de 2008

Mi maestra

Hoy escribo porque he notado cómo el tiempo pasa. Nunca había notado su carrera tan claramente como hoy. Hoy lo he interceptado, como se intercepta a un riachuelo que corre apresurado hacia el mar, afectando todo a su paso. Hoy, en fin, me he encontrado con alguien muy querida para mi. Me he encontrado con mi maestra de preescolar.

Mi maestra, Miss Conny, me daba clases de Inglés en la primera escuela a la que asistí. Mis padres aún recuerdan la famosa canción de "pollito, chicken" que me enseñaron allí. Recuerdo a mi maestra, rechonchita, alta, con una mirada bondadosa y una sonrisa casi eterna. La recuerdo parada al frente de la clase, enseñándonos no recuerdo bien qué, pero, siendo los nombres lo que menos importa, hasta hoy recordé cómo se llamaba. Me dolió recordar todo esto, y ver frente a mi a una mujer distinta a la que estaba grabada en mi memoria. La bondad sigue impresa en su cara, pero ha perdido su sonrisa, para recuperarla sólo por momentos. Sigue siendo alta, pero ahora se ve muy delgada. Hasta hoy me enteré de que mi maestra ya no está tan sana como solía estarlo. Hasta hoy supe que fue ella la que sugirió que nos cambiaran de escuela a mi hermano y a mi. Hasta hoy noté con aprecio cómo un maestro, a pesar de los cientos de alumnos a los que enseña, puede recordar a dos en particular, aún cuando hayan pasado más de 6 años desde la última vez que los vió. Y pude asegurarme de que la imagen de mis maestros no se borra tan fácil, cuando, aún a través de la ventana de un carro que se alejaba 

Dejo este texto como testimonio de la alegría que me causó encontrarme con una figura de mi infancia, con un modelo al que deseé seguir de pequeña, y lo dejo también como testimonio de la reflexión por la que pasé el día de hoy, como testimonio de que hoy detuve por un momento el curso del tiempo.