lunes, 5 de septiembre de 2011



Fin del blog


Tres días de depresión

Estoy rota. Estoy quebrada. Era muy débil, me lo dijeron, no lo escuché y ahora me he roto.
Escribo y lloro.
Ya no existo
No soy, no sé quién soy.
Mis alas eran naranjas, porque naranja es la gente. Mis alas eran la gente. Me he quedado sin gente y he muerto.
Nunca tuve identidad. Siempre fui los otros. Siempre.
Los otros me moldearon, me dieron forma y vida, y me levantaron, y me sostuvieron, y me empujaron y me lanzaron.
Yo nada fui, nada soy.
Me he quebrado y cada segundo, cada letra que escribo, me quiebra un poco más.
Si no soy feliz ¿quién soy?
Si no soy con ellos ¿quién soy?
Si no brillo...
Yo no brillaba. Nunca brillé. Fui espejo y reflejaba. No tengo ya más que reflejar.
Ahora estoy sola
Sola
Sola
Sola
Y me encuentro con que no soy, ni estoy, ni fui, ni estuve, ni existo.

Me he roto.
Golpéame si quieres.. quizá así vuelva a unirme.
Dime, anda dime, dime que me equivoqué
Dime que he traicionado a todos
Dime que me traicioné a mí
(aunque no se puede traicionar a lo que nunca fue)
Dime, pero dime algo, lo que sea. Quizá así exista de nuevo.

...Toma mi cabeza, córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este dolor
Entre los escombros de mi alma, búscame,
escúchame.
En algún sitio mi voz sobreviviente, llama...

Que venga ahora la niña de 14 a decirme que la vida es bella.



No estoy deprimida. Estoy distraída.
Y así me condeno a sucumbir ante mi peor miedo.