Desempolvando un texto escrito hace ya poco más de 2 años....
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A ti, el que por días me hizo desear lanzar todo al aire y liberar el fuego que me abrasaba en un abrazo largo, a ti te digo que ahora ni un roce de tus labios en mi piel desnuda (roce que jamás tuvimos), ni eso reviviría en mí la pasión que antaño sentí.
Y a ti, el que a todos habló de mi supuesta belleza, el que al estar conmigo (y con otras) buscaba trazar innumerables líneas recorriendo piel casta con dedos impuros, a ti te digo que estoy segura que ahora, ya ni siquiera me recuerdas.
La carne muere, el deseo por la carne muere también, y ahora que deseo a otro, regreso a los dos anteriores para robar fuerza y voluntad de las tumbas de los deseos ya sepultados.
Los deseos puramente carnales
pasan,
mueren,
se destruyen,
pero no se olvidan
3 comentarios:
Me encanto!
Los deseos carnales queman, por eso no se olvidan. Dejan su marca y permanecen. Bello desempolvo.
Oye! Este no lo había leído! Woooow me encantó, hablaremos de eso...
Te quiero!!!
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