Justo ahora, mientras escribo estas líneas, se amontonan a mi lado libros que leer, ejercicios que resolver y una escalera de notas telefónicas que, lejos de llevarme al cielo, me acercan al sol abrasador.
Vivimos así, a la carrera y siempre sin tiempo
En días en los que el Tai Chi y Yoga llenan gimnasios con mujeres cambiando el "lifestyle", los trabajos y las escuelas ya reciben solamente a aquellos que no duermen, comen a prisa y viven revisando el reloj.
Y después de escuchar todas esa pláticas de meditación y el ya conocido y casi siempre inútil "respira", al estrés se le suma la culpa de estar estresado.
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