Todos tienen una historia que vale la pena ser escuchada…
Incluso yo.
Hasta hace poco, mi vida era absolutamente perfecta: Una
familia unida, excelentes calificaciones en la escuela, un novio estable… Y de
repente, la tormenta.
Fue todo decisión mía. Supongo que sabía ya que me hacía
mucha falta. El punto es que de la noche a la mañana terminé con mi novio, me
alejé de los consejos de mis padres, y dejé de concentrarme en la escuela para
dedicarme en cuerpo y alma, a sentir y a vivir todo lo que hasta ahora no había
vivido.
Se desataron de golpe una serie de historias de amor, de
desamor y de aventura que llenaron los últimos tres meses del 2012 de zozobra,
intensidad y alegría.
Eric fue el primero.
Nos conocimos en clase de matemáticas. Él leía y yo pregunté
el título… “Bonjour tristesse”. Entre derivadas e integrales, nos las
ingeniábamos para cruzar un par de palabras. Él prometió enseñarme de filosofía,
y yo, ser su primer y mejor alumna.