domingo, 28 de febrero de 2010


People need to believe
No hay discurso más emotivo que la candencia la andar, ni palabra más certera que el silencio y la sabia sonrisa, ni frase más elocuente que la decisión tomada y seguida rajatabla
Hijo de África, padre de una nación
Quizá la fuerza de vida y el don de liderazgo estén diseñados para mantenerme alejada del resto… Destruyo a quien se acerca demasiado

lunes, 22 de febrero de 2010

En quiebra




Cuando un país entra en crisis...


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Enciendes el televisor y desde la pantalla, disfrazados con alegres colores, te atacan con sus dioses
Lo apagas, te pones la chamarra, sales y en cada esquina algo te recuerda que te falta...
Vuelves a casa, abres el refri y al verlo vacío y frío te convences de que ese hueco daña
Te metes a la cama, intentas dormir y te despierta el rugido acusador que no engaña

Te falta... Y lo sabes
Pero ¿Qué hacerle? Cerraron la empresa, el compadre ya no te prestará lana, el reloj del abuelo hace tiempo que pasó a ser de alguien más y la comida de ayer fueron en realidad sobras que deberían alcanzar para mañana..

lunes, 15 de febrero de 2010

A una hoja...






Porque a veces duele no escribir después de mucho tiempo...
Gracias por la idea José Luis =D




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A ti deliciosa tortura, a ti sanguijuela que bebes tinta, sangre y vida, a ti casta dama que te dejas manchar por mi pluma... ¡A ti te maldigo!

Te busqué llorando cuando a nadie tenía para hablar, y me recibiste fría, con silenciosos y polvorosos reproches... Te quejabas de mi abandono y me culpabas de vacuidad

Te busqué feliz cuando mi alegría merecía ser escrita, y me entristeciste con tu aspecto viejo, vacío y olvidado

¡Maldita tú mil veces!

Maldita porque, aunque antes eras amiga y consejera, bálsamo para mis heridas y cura para mi ceguera, ahora eres dolor, nostalgia y triste belleza...

Y tomo entonces la tinta, te cubro de negro, te visto de luto.
¡De luto celestial princesa!
Y te rompo en 7 lindos trozos, enciendo una hoguera y te condeno al olvido...
¡Te quemas! Pero aún de luto y brillando como salamandra, me reprochas, me hieres, me atraes y me repeles

Lo entiendo ahora, de nada sirve querer alejarme... A ti volveré más temprano que tarde.

lunes, 1 de febrero de 2010

Confianza



Escrito para la clase de formación, buscando a alguien que representara a la confianza...


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Ella es mi madre, y a ella debo casi todo lo que sé acerca de la confianza. Primero, de pequeña, me enseñó a ganarme la confianza de los demás siendo siempre honesta. Más tarde, me dio un ejemplo vivo de lo que es poder confiar en alguien más, y ahora me muestra la fuerza de creer y confiar en algo más grande que uno mismo.


Haciendo un poco de historia, mi mamá nació en una familia pobre, y desde pequeña tuvo que cuidar a sus hermanos. A los 15 años entró a trabajar como secretaria, sacrificando su preparatoria, porque ya no había dinero. Trabajó un tiempo, y después logró estudiar a la vez. Más tarde conoció a mi papá y bueno, la historia a partir de ahí ha tenido sus altas y sus bajas.

Pero lo cierto y hermoso en esto es que las cosas siempre le han salido bien. Su propia hermana se maravillaba porque, a pesar de que el sueldo de mi madre era escaso, siempre traía algo en el monedero. Ahora, todos en casa nos sorprendemos cuando se las ingenia para malabarear tiempos y recursos.


A nuestras preguntas y nuestro asombro, ella contesta con una sonrisa y un brillo en la mirada que anticipan las siguientes palabras: “Dios es grande y está conmigo”.


Mi mamá no ha tenido una vida fácil. Su madre murió mucho antes de que ella se casara, mi abuelito sufrió una embolia que lo dejó en silla de ruedas y sin poder hablar por mucho tiempo, y las cosas ahora que está casada no son siempre como de cuento de hadas, pero aún así confía en un Dios bondadoso que la saca de sus problemas. ¡Y vaya que es así!


Obviamente, ella trabaja muy duro, pero él la ayuda siempre.


A mi madre la puse aquí, en confianza, porque es ese quizá uno de los valores más importantes que me ha legado, aún si yo a la mía le llamo de otra manera. Y la he puesto también porque en nadie más he visto tan patente esa mezcla de amor, trabajo y fuerza que hacen que la fe, verdaderamente, mueva montañas.